Cartas que me han ayudado – W.Q. Judge

Libro I  –  Parte 15-6  de 15

A AQUELLOS QUE ASPIRAN LLEGAR A SER CHELAS

A menudo, al sincero interés en la verdad Teosófica, le sigue una sincera aspiración hacia la vida teosófica y la interrogante continúa repitiéndose: ¿Cuáles son las condiciones y los procedimientos hacia el estado de chela? ¿A quién deberíamos dirigirnos? ¿Cómo puede saber el aspirante que se le ha aceptado? En obras como “The Theosophist,” “Man,” “El Budismo Esotérico” y otras de tipo teosófico, se ha revelado mucho acerca de las condiciones y de la disciplina del estado de chela, y en el artículo “Mahatmas Teosóficos,” impreso en el “Path” en Diciembre de 1886, Madame Blavatsky evidencia de manera explícita algunos requisitos, dificultades y peligros.

Recomendamos vivamente una cuidadosa lectura de dicho artículo a todos los que guarden aún el más vago deseo por una relación más próxima al sistema de desarrollo mediante el cual se alcanza el estado de Maestro. Eliminará de la senda varios conceptos erróneos, profundizará el sentido de la seriedad de dicho esfuerzo y estimulará una saludable desconfianza en sí mismo que es mejor tenerla antes que después del pasaje por la puerta. Sin embargo, es totalmente posible que la búsqueda para sondear el deseo y la fuerza suscitados por dicho artículo, puedan convencer aún más de la sinceridad de los lectores y no pocos de ellos se sentirán animados por un más rico propósito y una más profunda resolución. Aun cuando no exista una clara intención por alcanzar el estado de chela, puede sentirse una aspiración ardiente por acercarse más a los Maestros a fin de estar seguros que nos guían y nos ayudan. En ambos casos, en el aspirante surge la interrogante: ¿Quién recibirá la solicitud y cómo se notificará la aceptación?” El paso muy natural y en realidad instintivo, de tal aspirante, consiste en escribirle a uno de los personajes oficiales de la Sociedad Teosófica. Sin embargo, esto es un error, ya que la Sociedad Teosófica es un grupo exotérico, mientras la Logia de los Maestros es totalmente esotérica. La primera es un grupo de filántropos y buscadores voluntarios, provistos de declarados propósitos, una Constitución impresa, oficiales conocidos públicamente y, además, como Sociedad, niega todo poder de comunicarse con los Maestros; la otra es una Logia Oculta de la cual se ignora la dirección, los miembros, los procesos y las funciones. Consecuentemente, no existe persona, lugar ni dirección, a la cual un aspirante pueda dirigirse.

Supongamos que se formule tal pregunta a una persona adelantada en el estudio del ocultismo la cual conozca bien sus métodos, exámenes y calificaciones. Seguramente, contestará en la siguiente forma: “En caso que ahora estuvieras preparado para ser aceptado como chela, sabrías por ti mismo cómo, dónde y a quién dirigirte. Ya que en realidad, llegar a ser un chela consiste en la evolución o en el desarrollo de ciertos principios espirituales latentes en cada ser humano y en gran parte desconocidos a tu conciencia actual. Hasta cuando no desenvuelvas consciente y parcialmente estos principios, no poseerás prácticamente los medios para adquirir los primeros rudimentos de aquel conocimiento que ahora te parece tan deseable. Otra importante cuestión es si el deseo procede de tu mente o de tu corazón y los que no han aún encontrado el sendero hacia el Ser no podrán solucionarla. “Es verdad que mediante la ayuda de un Adepto es posible desarrollar (o forzar) estas cualidades.

A la mayoría de los postulantes hacia el estado de chela, les impulsa un deseo por recibir instrucciones directamente de los Maestros. No se preguntan qué es lo que hicieron para merecer tan raro privilegio. Ni consideran el hecho de que, siendo todos los Adeptos los servidores de la Ley del Karma, el candidato, si se lo mereciera, tendría Su ayuda visible y no estaría buscándola. Las indicaciones de la realización de la Ley, son en realidad el parcial desarrollo de las facultades anteriormente mencionadas. Por lo tanto, aún antes que pidas ser tomado como un chela probatorio, deberás alcanzar otro punto respecto al cual te encuentras ahora. Todos los candidatos entran de esta forma en la Logia invisible, a la cual la gobiernan Leyes que contienen en sí mismas su realización, por lo tanto no necesitan ningún tipo de oficiales para implementarlas. Ni debes pensar que esta persona en período de prueba, trabaje bajo la constante y conocida dirección de un Adepto o de un chela. Al contrario, se le prueba y se le examina por al menos siete años y quizá muchos más, antes que se alcance el punto en el cual esté aceptado (y preparado para la primera serie de iniciaciones que a menudo se extienden a lo largo de varias encarnaciones), o rechazado. Tal repudio no procede de algún conjunto de hombres conforme a sus inclinaciones, sino que es el rechazo natural por parte de la Naturaleza.

El chela probatorio puede o no puede recibir contactos de su Maestro durante este período preliminar, en la mayoría de las veces no tiene ninguna relación. Al final podría ser rechazado y no saberlo, como también acontece que algunos seres estaban a prueba sin saberlo hasta que de repente se descubrieron aceptados. Tales individuos son aquellas personas autodesarrolladas que después de muchas encarnaciones han alcanzado, en el orden natural, aquel punto en el cual sus expandidas facultades les dieron el derecho a entrar en el Vestíbulo del Aprendizaje o en la Logia espiritual que se encuentra más allá. Todo lo que digo acerca de los hombres se aplica de manera análoga a las mujeres.

Cuando una persona se acepta regularmente como un chela probatorio, la primera y única orden que recibe (por el momento), es de trabajar de manera altruista para la humanidad, a veces ayudando o recibiendo el auxilio de algún chela mayor, mientras que se esfuerza por debelar el vigor de la idea personal. Las formas de realizar esto se dejan enteramente a su intuición ya que el objetivo consiste en desarrollar esa intuición y conducirlo a conocerse a sí mismo. Estar dotados hasta cierto grado de estos poderes, lo lleva a ser aceptado como un chela probatorio, por lo tanto, lo más probable es que tú, aún no los tengas, si no sólo como posibilidades latentes. A su vez, si el chela en prueba quiere tener algún derecho para recibir la ayuda, debe trabajar en favor de los demás, aunque esto no debe ser el motivo que lo induzca a la acción. El que no se siente irresistiblemente impulsado a servir a la Raza, ya sea que yerre o no, está vinculado profundamente por su personalidad y no puede adelantar hasta que haya aprendido que la raza es él mismo y no aquel cuerpo en cual ahora reside.

Recientemente, la revista ‘Lucifer,’ considerando la base de la necesidad para una pura motivación, afirma: ‘a menos que la intención sea totalmente prístina, la voluntad espiritual se transforma en psíquica, la cual actúa en el plan astral produciendo quizá resultados deletéreos. Tanto la persona egoísta y vengativa como aquella altruista y magnánima, pueden igualmente usar los poderes y las fuerzas de la naturaleza animal, mientras los poderes y las fuerzas del espíritu, corresponden sólo a los que son perfectamente puros en el corazón. Sin embargo, podemos afirmar que ningún ser humano que no haya alcanzado el poder de liberarse hasta cierto punto de su personalidad, no podrá descubrir ni siquiera estas fuerzas naturales. Un deseo emocional por ayudar a los demás no implica dicha libertad de la personalidad y lo demuestra el hecho de que, si ahora tú estuvieras perfeccionado en el verdadero sentido del altruismo, tendrías una existencia consciente separada de aquella corpórea y podrías salir del cuerpo cuando lo quisieras, en otras palabras, ser libre de todo sentido del ser, implica ser un Adepto, ya que las limitaciones del ser inhiben el progreso.

Escucha también las palabras del maestro entresacadas de ‘El Mundo Oculto’ de Sinnett. ‘Acaso, apreciarías mejor lo que queremos decir si te comunicamos que según nuestra opinión, las más elevadas aspiraciones en favor de la humanidad se manchan de egoísmo si en la mente del filántropo se oculta la sombra de un deseo para el beneficio personal o una tendencia a cometer una injusticia, aun cuando éstas existan en él inconscientemente.’ A la par que presentamos estos hechos, los peligros y las dificultades, ya sea aquellas que resultan por las leyes de la Logia y las más innumerables  proporcionadas por el Karma y aceleradas por los esfuerzos del neófito, deberíamos también decir que los Maestros no desean detener la entrada en el sendero de ningún ser.

Sin embargo, Ellos, gracias a las repetidas pruebas, a los anales seculares y a su conocimiento de nuestras dificultades raciales, están conscientes de cuán pocas son las personas que tienen alguna idea acerca de su verdadera naturaleza: el enemigo que tratan de subyugar en el momento que se convierten en discípulos del ocultismo. Por lo tanto, conforme a lo que el Karma permite, Ellos intentan impedirle, a individuos no idóneos, el precipitarse en aventuras temerarias cuyos resultados repercutirán en sus desequilibradas vidas, conduciéndolos a la desesperación. Los poderes del mal, que el ignorante reta inadecuadamente, se vengan de él y también de sus amigos, pero no afectan a los que trascienden su alcance. Aunque estos poderes no sean terribles formas objetivas que se manifiestan de manera tangible, no son, sin embargo, menos reales y peligrosos.

En estos casos, su descenso no puede prevenirse: es Karma. Entonces, perder todo el sentido del ser, implica la pérdida de todo lo que los seres humanos comunes valoran más. Por lo tanto, te conviene considerar seriamente los siguientes puntos:

1. ¿Cuál es tu motivo para desear ser un chela? Piensas que conoces la motivación muy bien, sin embargo está oculta dentro de ti y por esta intención recatada se te juzgará. Ha surgido de regiones invisibles sobre hombres seguros de sí, ha eruptado en algún pensamiento o acción lóbrega de la que se creían incapaces, volcando su vida o razón. Por lo tanto, ponte a prueba antes que el Karma lo haga por ti.

2. Cuáles son el lugar y los deberes de un verdadero neófito. Al considerar ambos puntos por veintiún días, podrás, si tu deseo permanece firme, emprender un cierto curso que se te abrirá. Es éste. Aunque ahora tu ignores donde puedes ofrecerte a los Maestros como chela probatorio, al formular tal deseo en tu corazón y al reafirmarlo (si quieres), después de una debida consideración de estos puntos, has apelado, hasta cierto nivel, a la Ley; y está en tu poder constituirte como discípulo, según la medida que deseas, a través de la pureza de tu motivación y esfuerzo, si ambos están suficientemente sostenidos. Nadie puede determinar un período en el cual tal esfuerzo dará sus frutos y si tu paciencia y fe no son suficientemente fuertes para sostenerte a lo largo de un ilimitado (según tu percepción), período de trabajo altruista por la humanidad, sería mejor que abandonaras tu actual fantasía ya que, en realidad, eso es lo que es. Sin embargo, en caso contrario, debes trabajar para la iluminación espiritual de la Humanidad en la Sociedad Teosófica y mediante ésta (que tanto necesita tales trabajadores) y en todas las demás formas y planos como mejor puedas, manteniendo presente las palabras de los Maestros:

‘El que hace lo que puede, todo lo que puede y todo lo que él sabe hacer, hace lo suficiente para nosotros.’

Tal tarea incluye despojarse de toda personalidad mediante el esfuerzo interior, ya que este trabajo, si se efectúa en el verdadero espíritu, es aún más importante para la raza que alguna obra externa que realicemos. Al vivir como tú ahora estás viviendo, principalmente en el plano exterior, implica que te corresponde trabajar ahí hasta que tu crecimiento te haga idóneo para abandonarlo completamente. Al seguir dicho curso, tú trabajas hacia un punto determinado bajo observación, como en realidad acontece con todo el conjunto Teosófico que ahora es, como grupo, un chela de los Maestros, sin embargo, tú eres distinto a los otros miembros en el sentido que, los Fundadores invisibles y la Ley, comprenden y consideran tu definido propósito y confianza. Por lo tanto, momentáneamente, entre tú y la Sociedad Teosófica, existe una relación análoga a aquella con un chela mayor, que se te asignó para que lo ayudaras y trabajaras bajo él. Comprende mis palabras, no eres un chela a prueba ya que nadie sin autoridad puede conferir o anunciar tal privilegio. Sin embargo, se sabrá si logras elevarte a tí mismo y a los demás espiritualmente, prescindiendo de lo que pueda parecer el silencio externo, y recibirás lo que te corresponde, de Los que son honrados deudores y ministros de la Ley Justa y Perfecta.

Debes estar preparado a trabajar, esperar y aspirar en silencio, como hacen todos los que han dirigido su vista hacia esta meta. Recuérdate que tu más verdadero consejero se encuentra y debe constantemente buscarse, dentro de tí. Sólo por efecto de la experiencia aprenderás a reconocer su voz de aquella del instinto natural o de la mera lógica, fortaleciendo su poder por virtud del cual los Maestros han llegado a ser lo que son. La primera prueba es tu elección o rechazo de tal curso. Otras seguirán, ya sea que estés consciente de ellas o no, pues, el primero y único derecho del neófito, consiste en ser puesto a prueba. Por éso, el silencio y el dolor siguen a su aceptación en lugar de la ofrenda de una inmediata ayuda que él buscaba. Empero, aún esto no carecerá, ya que tales pruebas y caídas procederán sólo de la Ley a la cual apelaste.” J. N.

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