DIOSES EN EL DESTIERRO – J.J. VAN DER LEEUW – Parte 15

EMPLEO DE LA VOLUNTAD

Capítulo 2

Cuando Coué, al hablar del poder de la imaginación o del creador poder del pensamiento, dice que en la lucha entre la imaginación y la voluntad siempre vence la imaginación, está en lo cierto con tal que por voluntad entienda la frenética y ansiosa resistencia que en la mayoría de las gentes es el sucedáneo de la voluntad. Así cuando vamos en bicicleta y al ver un poste en medio del camino nos precipitamos derechamente contra el obstáculo a riesgo de accidente, el error proviene de la indisciplinada imaginación, pues nos forjamos la temerosa imagen de que vamos a chocar contra el poste, nos representamos a nosotros mismos en el acto del choque y vigorizamos la imagen por la emoción de temor. Entonces nos resistimos contra la imagen, pero esta ansiosa y frenética resistencia no merece el nombre de "voluntad". Por el contrario, aquella resistencia fortalece seguramente la imaginación y aun la ayuda a provocar el suceso que tratamos de eludir. Pero si empleamos la genuina voluntad no consentiremos que la imaginación reaccione en el poste. En efecto, una vez visto serenamente el poste, no hemos de consentir que influya en nuestra conciencia, sino por el contrario fijar la imaginación en el claro y abierto camino que deseamos tomar. Entonces será como si el poste no existiese para nosotros y sólo veremos el abierto camino.

Muy vieja es la conseja de los tres arqueros que apostaron a quién de ellos podría flechar a un pájaro posado en un lejano árbol.

El primero acertó en el árbol y no en el pájaro. El segundo apuntó al pájaro prescindiendo del árbol, y sólo hirió al avecilla. El tercero no se preocupó del árbol ni del pájaro sino tan sólo de su intención y dio en el blanco. Por cierto que debía de ser un pájaro más que bobo para quedarse en el árbol. Tal es el poder de la voluntad, el poder de no pensar más que en el objeto que deseamos lograr y en ningún otro. Si el beodo de nuestro ejemplo hubiese empleado su genuina voluntad hubiera pensado tan sólo en seguir su camino hasta llegar a donde iba, sin que la taberna le incitara con su tentación.

El poder de la genuina voluntad nos capacita para concentrar la imaginación en el único propósito que hemos determinado realizar. La especial función de la voluntad no es hacer algo ni luchar contra algo, sino mantener un propósito en la conciencia con exclusión de todos los demás.

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