DIOSES EN EL DESTIERRO – J.J. VAN DER LEEUW – Parte 13

MUDANZA DEL CUERPO MENTAL

Capítulo 2

Consideremos ahora el cuerpo mental y su completa mudanza.

En ciertos aspectos, la mudanza del cuerpo mental es la que mayormente importa, porque en él está el peligro aunque lo desconozcamos.

Nunca obramos ni hablamos sin antes pensar, sin haber forjado una imagen, es decir, sin haber "imaginado" lo que vamos a hacer.
Sin embargo, no nos damos cuenta de ello, porque tan rápidas son las operaciones de la mente y nuestra conciencia es para nosotros tan desconocido terreno, que ignoramos lo que allí sucede. Pero aun antes de levantar la mano, pensamos en este movimiento, forjamos una imagen de él, y como esta imagen es creadora se concreta en acción.

El pensamiento humano es la manifestación del Espíritu Santo, el Dios Creador, cuya suprema Energía creadora se manifiesta en nuestra fuerza mental, que es un arma de dos filos, mucho más peligrosa para quien desconoce su poder .

Al pensar forjamos en el cuerpo mental y creamos una forma repleta de divina energía creadora que se resuelve en acción. A veces se necesita cierto número de reiterados pensamientos para que la carga de energía creadora se plasme en acción; y si el pensamiento se repite muchas veces establece un hábito o costumbre, de modo que en más de una ocasión no podemos resistir la forma mental que nosotros mismos creamos.

Pero la energía mental no fuera dañosa si el ego determinara conscientemente las imágenes que se hubiesen de forjar en el cuerpo mental. El peligro, el terrible peligro de toda nuestra vida está en consentir la representación de imágenes mentales por incitaciones externas, en tolerar que los estímulos del mundo exterior forjen imágenes en el cuerpo mental, que plasmen la creadora materia mental en formas de pensamiento cargadas de energía que forzosamente habrán de concretarse en acción.

Esta indisciplinada actividad del cuerpo mental es causa de todas nuestras internas luchas y dificultades espirituales. La ignorancia consiente el indisciplinado funcionamiento de un cuerpo que debiera ser nuestro útil servidor en vez de que nos utilizara como siervos. Cuando consentimos que los estímulos del exterior muevan al cuerpo mental a forjar imágenes, nos extraviamos y comienza la lucha.

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