Wesak

La Luna llena de Wesak

El Señor Buda posee su especial modalidad de energía que derrama al bendecir al mundo. Esta bendición es maravillosamente excepcional, porque su autoridad y categoría, Buda tiene acceso a planos de la naturaleza allende nuestro alcance; y por lo tanto, puede transmutar y transferir a nuestro plano la energía de los superiores.

Sin esta mediación de Buda, las energías de dichos planos no podrían servirnos en la vida física, porque sus vibraciones son tan formidables y tan increíblemente rápidas, que nos es imposible percibirlas en ninguno de los tres planos físico, astral y mental.

Pero la bendición de Buda se difunde por el mundo entero y encuentra al punto canales por donde circular la transferida energía divina y lleva aliento y paz a los capaces de recibirla.

Al llegar a este acto final de los preliminares de la ceremonia, cesa el canto, y tras algunos instantes de solemne silencio, empuña de nuevo el Señor Maitreya ( El Cristo) el Cetro de Poder y levantándolo por encima de su cabeza exclama con sonora voz en lengua pali:

—Todo está a punto. ¡Ven, Maestro!

Vuelve a depositar en el altar el Cetro de Poder en el exacto momento astronómico del plenilunio, y entonces aparece por encima de las colinas meridionales la colosal figura del Señor Buda. Los miembros de la Fraternidad se inclinan a manos juntas y la multitud se prosterna rostro en suelo y postrada permanece, mientras los cantores entonan los tres versículos que el mismo Buda enseñó al niño Chatta durante su última vida terrena:

«El Señor Buda, el Sabio de los sakyas, es el mejor Instructor de la humanidad. Hizo cuanto debía hacer y pasó a la opuesta orilla (el nirvana). Está henchido de fortaleza y energía. Tomó por guía al bienaventurado Ser.

»La Verdad es inmaterial. Nos libra de la pasión, del deseo y de la tristeza. Es inmaculada. Es dulce, sencilla y lógica. Tomo esta Verdad por guía.

»Todo cuanto se da a las ocho categorías de nobles Seres que por pares forman los cuatro grados y conocen la verdad, obtiene crecida recompensa. Tomo por guía esta Fraternidad de Nobles Seres.»

Entonces la multitud se levanta y contempla la presencia del Señor, mientras la Fraternidad entona en beneficio del pueblo la hermosa letra del Sutta Mahamangala, que traducido por el profesor Rhys Davids dice así:

«En su anhelo del bien, los Devas y los hombres han señalado varias cosas dignas de bendición. Dinos ¡oh! Maestro ¿cuál es la mayor bendición?» «No servir al insensato. Servir al sabio. Honrar a quien merezca honra. Esta es la mayor bendición.»

«Morar en un país ameno. Haber cumplido buenas acciones en pasadas vidas. Tener el alma llena de nobles deseos. Esta es la mayor bendición.»

«Mucha intuición y mucha educación. Dominio propio y mente disciplinada. Amables palabras bien dichas. Esta es la mayor bendición.»

«Ayudar a padre y madre. Amar a la esposa y a los hijos. Seguir una apacible profesión. Esta es la mayor bendición.»

«Dar limosnas y vivir rectamente. Auxiliar a los parientes. Obrar de modo que no merezca vituperio. Esta es la mayor bendición.»

«Aborrecer el pecado y no pecar más. Abstenerse de bebidas embriagantes. No ser perezoso en el bien obrar. Esta es la mayor bendición.»

«Ser paciente, manso y sufrido. Asociarse con los pacíficos. Tener pláticas religiosas en tiempo oportuno. Esta es la mayor bendición.»

«Refrenarse y ser puro. Conocer las cuatro verdades capitales. Saber que existe el nirvana. Esta es la mayor bendición.»

«Permanecer inconmoviblemente sereno ante las estremecedoras vicisitudes de la vida, sin pasión ni tristeza. Esta es la mayor bendición.»

«De todo punto invencible es quien así procede. Por doquiera completamente seguro. Esta es la mayor bendición.»

(Fragmento del libro “Los Maestros y el Sendero” – C.W. Leadbeater)

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