La misión del Espíritu planetario no es sino la de hacer sonar la
Nota Clave de la Verdad. Una vez que ha dirigido la vibración de esta
última para que siga su curso ininterrumpidamente a lo largo de la
concatenación de aquella raza y hasta el final del ciclo, los habitantes de
la esfera superior habitada desaparecen de la superficie de nuestro
planeta, hasta la siguiente “resurrección de la carne.” Las vibraciones de
la Verdad Primordial son lo que vuestros filósofos denominan “ideas
innatas.”
K. H.